sábado, 30 de marzo de 2024
el colibri tijereta y la hormiga cortadora de hojas
En un bosque frondoso vivía un colibrí, un pequeño pájaro de colores vibrantes que revoloteaba de flor en flor bebiendo néctar. Un día, mientras disfrutaba de su dulce festín, observó a una hormiga que subía con dificultad por una rama, cargando una hoja mucho más grande que ella.
El colibrí, con su espíritu bondadoso, se acercó a la hormiga y le dijo: "¿Por qué te esfuerzas tanto? Déjame ayudarte a llevar esa hoja, es demasiado pesada para ti". La hormiga, con voz cansada, le respondió: "No puedo aceptar tu ayuda, debo hacerlo sola. Es mi responsabilidad y mi deber".
El colibrí, sin comprender la terquedad de la hormiga, insistió: "Pero te ves tan agotada, puedo llevar la hoja en un instante y no te costará nada". La hormiga, molesta por la insistencia del colibrí, le respondió con rudeza: "No necesito tu ayuda, soy capaz de hacerlo sola. No te metas en lo que no te importa".
El colibrí, entristecido por la actitud de la hormiga, se alejó sin decir nada más. Al poco tiempo, vio a la hormiga caer de la rama, exhausta por el esfuerzo. El colibrí, sin rencor, se apresuró a ayudarla a subir de nuevo y le dijo: "No te preocupes, ahora sí te ayudaré. No importa si antes me rechazaste, lo importante es que ahora necesitas ayuda y yo estoy aquí para darte mi apoyo".
La hormiga, avergonzada por su comportamiento anterior, se disculpó con el colibrí y le agradeció su ayuda. Desde ese día, ambos se convirtieron en grandes amigos, y la hormiga aprendió que la bondad y la ayuda mutua son valores más importantes que el orgullo y la terquedad.
Moraleja: Trata a los demás como quieres que te traten. Ofrece tu ayuda con bondad y sin esperar nada a cambio.
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