La ballena azul y el pulpo
En el inmenso océano, paseaba una
de las pocas ballenas azules que quedaban, esta ballena era muy grande y
vistosa, de un lindo color azul brillante, con una aleta dorsal y su hermoso
cuerpo alargado; era muy llamativa para todos los seres que vivían en el océano
como los peces, tortugas, estrellas marinas, pulpos y crustáceos. Cada vez que
pasaba frente a ellos, le decían cumplidos por su hermosa apariencia, al poco
tiempo la ballena azul se volvió orgullosa y vanidosa, le encantaba pasar
varias horas frente al espejo y otras horas más arreglándose las barbas en la
superficie.
Su orgullo y soberbia habían
crecido tanto, que dificultaba la convivencia con las demás especies, menospreciaba
a los otros animales del océano, ella decía que no necesitaba de nadie y en
ocasiones viajaba para estar lejos de los demás.
Cierto día se fue nadando muy
lejos hasta que se había perdido; cerca del lugar estaba pasando un bote
pesquero que, al ver a la ballena azul, decidieron cazarla. La ballena nadó y
nadó para poder perderlos, pero los marineros del bote la persiguieron y
lanzaron la red, en ese instante apareció un pulpo muy inteligente, que pasaba
cerca del bote, el pulpo tenía ocho
potentes brazos con tentáculos y dos ojos saltones, lo que asustó a
los marineros; y logró que la red no alcance a la ballena azul.
Una vez que el bote perdió a
la ballena, se alejó de ellos, entonces el pulpo preguntó a la ballena, porque
ella paseaba por estos lugares, la ballena azul le contó toda su historia y le
dijo que se sentía sola y arrepentida por haberse alejado de los otros
animales.
El pulpo que tenía tres
corazones, se conmovió de la ballena, la tranquilizó y la ayudó a regresar al lugar
de donde había salido; cuando llegaron ella estaba feliz, y había comprendido
que: No
es bueno presumir por nuestra apariencia o por lo que tenemos, ni despreciar a
los demás porque todos somos iguales.
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